Un Huiteco que viajó a Japón y se compró un par de anteojos de gran tecnología que hacía ver desnudas a todas las mujeres.
Se pone los anteojos y empieza a ver desnudas a todas las mujeres... está encantado.
Se pone los anteojos, desnudas.
Se quita los anteojos, vestidas.
¡Ay, qué maravilla!
Y regresó a Huite, loco por mostrarle a su mujer la novedad.
En el avión, se siente enloquecido viendo a las azafatas totalmente desnudas.
Cuando llega a casa, inmediatamente se coloca los anteojos para ver desnuda a su mujer la Juana.
Abre la puerta y ve a la Juana y a su amigo Quincho, desnudos en el sofá.
Se quita los anteojos: desnudos.
Se pone los anteojos: desnudos.
Se los quita...desnudos.
Se los pone...desnudos.
Entonces exclama:
¡Ai diomio!! esta cosa, ya se me descompuso!!
Con un consejo y un duro, sale el hombre del apuro
Hace 14 años.
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